Pretextando soberanía, el Gobierno mexicano ha declinado los ofrecimientos de Estados Unidos de ayudarle para frenar la violencia generada por los cárteles mexicanos. Principalmente, los de Sinaloa y CJNG. Viéndolo de manera complaciente -y del lado mexicano- se pudiera pensar que esta férrea defensa de "nuestra soberanía", al declinar la ayuda del Gobierno norteamericano, debe considerarse como un acto digno de aplauso y reconocimiento. Sólo que los norteamericanos lo ven de otra manera. Para ellos el rechazo de su ayuda forma parte de una sistemática protección al CDS, al que no se le toca.